Uso de aguas del Silala

En 1906, Chile otorgó una concesión sobre las aguas del río Silala a la empresa británica The Antofagasta and Bolivia Railway Company Limited, ahora conocida como Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia (FCAB). La concesión chilena de las aguas del Silala a FCAB estaba restringida a su uso para el abastecimiento de agua potable a la ciudad de Antofagasta, que era parte del negocio de FCAB en ese entonces. Dos años después, en 1908, la misma empresa obtuvo también la concesión de las aguas del Silala en Bolivia, otorgada por el Prefecto de Potosí. La concesión boliviana le permitió a FCAB usar las aguas para alimentar sus locomotoras a vapor, debido al agudo interés de Bolivia por disponer de ferrocarriles para transportar mercancías hacía el Pacífico.

En 1996, el gobierno de Bolivia comenzó a objetar esa concesión, sobre la base de que la compañía no había respetado los términos del acuerdo. El argumento fue que en 1961 la empresa de transporte había comenzado a utilizar locomotoras diesel y comercializado el agua dentro de Chile, lo que significaba que ya no era utilizada para los fines que le fueron otorgados. El 14 de marzo de 1997, el Prefecto de Potosí declaró la caducidad de la concesión. FCAB realizó gestiones administrativas y judiciales que no prosperaron, y cesó el uso de la bocatoma y la tubería instaladas en territorio boliviano. A partir de entonces, FCAB utiliza solamente su punto de captación en Chile.

En los años ’50, Chilex, actualmente Codelco, obtuvo derechos sobre las aguas del río Silala, donde nace el río Inacaliri, aguas abajo del punto de captación de FCAB.

El 30 de agosto de 1999, el gobierno boliviano licitó la concesión del uso de las aguas del Silala para fines de su explotación y comercialización a usuarios chilenos. El 25 de abril del 2000, la firma boliviana Ductec S.R.L. se adjudicó la licitación. Su única actividad consistió en el envió de facturas a FCAB y Codelco, para cobrar por su uso de las aguas. La Cancillería chilena declaró que no reconocía el contrato entre Bolivia y Ductec, ya que el agua fluye naturalmente a Chile. En julio de 2003, esa compañía perdió la concesión, debido a que no entregó las boletas de garantía ni dio inicio al contrato, según dijo el viceministro de Servicios Básicos de Bolivia, José Barragán.

Según las mediciones de la Dirección General de Aguas de Chile entre enero y marzo de 2016, el caudal que está cruzando el límite es de 158 litros por segundo, lo que se ha considerado normal como promedio. Una vez en territorio chileno, el río sigue obteniendo aportes de agua subterránea a su caudal superficial.

En la actualidad, sólo dos empresas tienen derechos consuntivos constituidos sobre las aguas del Silala. Estos dos derechos están en territorio de plena soberanía chilena: FCAB, que tiene uno por 237 litros por segundo, y Codelco, que tiene dos, por 119 y 41 litros por segundo. Como es frecuente, existe una diferencia entre los derechos de aprovechamiento otorgados y los volúmenes que realmente se captan.

En territorio chileno, FCAB capta desde una bocatoma ubicada a unos 50 metros de la frontera, un promedio de 120 litros por segundo, dejando fluir hacia aguas abajo unos 20-40 litros por segundo, para no afectar el ejercicio de derechos de agua que Codelco-División Chuquicamata tiene en el río Inacaliri, a 4,9 kilómetros de la frontera.

Codelco-División Chuquicamata capta otros 120 litros por segundo, cuyos aportes provienen del escurrimiento remanente del río Silala y, sobre todo, de afloramientos subterráneos que se producen en territorio chileno, por un caudal aproximado de 90 litros por segundo.  En Bolivia no existen ni han existido usos domésticos, agrícolas ni industriales perdurables.